Esta es una de las frases que puede generarnos más nerviosismo, especialmente cuando quien la pronuncia es nuestro líder, es una frase que muchos no desean escuchar y una situación que preferirían evitar.
Una vez que la escuchamos nuestro corazón se acelera y nuestro cerebro reptiliano que es el responsable de nuestra supervivencia e instinto de lucha es el que sale al ataque y comienza a producir toda una serie de escenarios catastróficos…
¿Qué habré hecho mal? ¿será que me van a decir que hasta hoy trabajo? ¿será que se me olvidó hacer algo que me pidió? por nombrar algunos, sin dejar de lado, las consecuencias que podrán venir luego de esa conversación.
Y, aunque pareciera que esa conversación es solo incómoda y desafiante para el colaborador, en la mayoría de los casos no es fácil para ninguna de las partes.
El líder tiene una gran responsabilidad en la forma en que se va a abordar la conversación, porque si somos realistas, a la mayoría de personas no les gusta tenerlas y de ser posible huyen de estas, sin embargo, existen circunstancias en el entorno laboral en que por más que queramos no es posible evitarlas y son cruciales para mantener un ambiente de trabajo saludable, productivo y en muchos casos humano.
Es por eso, que los líderes deben fortalecer un conjunto de habilidades fundamentales para abordar conversaciones difíciles con sus colaboradores. Esto resalta la importancia de la empatía, que les permite comprender las perspectivas y sentimientos de quienes forman parte de su equipo, así como la práctica de la escucha activa para establecer una conexión genuina y demostrar interés real en las preocupaciones de los demás. Asimismo, la comunicación asertiva es esencial para transmitir mensajes de forma clara y efectiva, mientras que el manejo de conflictos y la toma de decisiones son habilidades necesarias para resolver situaciones complicadas con tacto y eficacia.
En resumen, tener conversaciones difíciles en el ámbito laboral es crucial para resolver problemas o conflictos que pueden afectar la productividad, mejorar el rendimiento o ambiente laboral. Además, estas conversaciones brindan la oportunidad de clarificar expectativas, informar cambios, establecer límites, acompañar momentos de vida del colaborador o su familia por fallecimiento o accidente, así como fomentan una comunicación abierta y honesta.
Como líderes, es fundamental prepararnos para afrontar estas conversaciones con empatía, claridad y generar un impacto positivo en los involucrados.
Por: Equipo TOHU